El mundo de los mariscos es muy extenso y para muchos alberga algunas de las exquisiteces más premium de la gastronomía. Entre las joyas gastronómicas más conocidas tenemos las gambas, los langostinos, las langostas o las ostras, pero se encuentra un manjar aún por descubrir por muchos: las cañaíllas, también llamado caracol de mar.
Las cañaíllas son caracoles de mar con cabeza, un musculoso pie ventral y una concha dorsal. Principalmente habitan en aguas del mar Mediterráneo aunque hay en menor porcentaje en el océano Atlántico oriental, y su temporada de reproducción suele ser a finales de primavera. Su consumo se remonta a siglos atrás, y en algún momento de la historia, estas pequeñas delicias marinas llegaron a ser más valiosas que el oro. Los antiguos fenicios utilizaban las cañaíllas para extraer el tinte púrpura con el que teñían las túnicas más lujosas de reyes y emperadores. Por lo tanto, el precio de un gramo de tinte ya procesado, se pagaba entre 10 y 20 gramos de oro.
La coraza de este molusco es única, esa estética concha nudosa robusta de unas siete vueltas con fuertes espinas sobresalientes alineadas alrededor llama la atención según las miras. Sin embargo, lo más importante de este molusco no es la carcasa sino el contenido, lo que sugiere su degustación.
Dependiendo de la zona dónde se pesque, se utilizan unos instrumentos u otros. En general, para pescar cañaillas se utilizan barcos pesqueros muy pequeños, porque no se necesita llegar a zonas profundas ni lejanas de la costa. Estos barcos utilizan trasmallos, aros y redes de arrastre para pescarlas. Aunque, lo más habitual y llamativo es la pesca artesanal de este producto.
En Andalucía, donde abundan las cañaíllas, se utilizan zarcillos y trozos de red, mientras que en otras zonas es más común utilizar un rastrillo específico.
En nuestro país, uno de los lugares donde las encontramos en abundancia estas cañaíllas, es en la provincia de Cádiz (Andalucía), sobre todo entre los fangos y marismas cercanas a la bahía de San Fernando. En el sur de España, es común que te sirvan una tapa de cañaíllas para acompañar tu bebida.
La forma más tradicional de disfrutarlas es cocidas, y se pueden acompañar de salsa romesco o simplemente con unas gotas de limón por encima. Eso sí, asegúrate de tener a mano un palillo largo para extraer estas pequeñas delicias de su concha y saborear este manjar.

El sabor de las cañaíllas frescas es intenso y marino, lo que las convierte en un ingrediente destacado en platos de mariscos y tapas.

En Delamar Gourmet te las ofrecemos en lata! Para que puedas disfrutar de ellas en cualquier momento del año! Aquí te puedes olvidar del pincho para sacarlas, pues vienen ya extraídas de la concha y cocidas al natural con todo su jugo. Añade unas gotas de limón o romesco y a disfrutar!

La cañaílla es un molusco tan apreciado por su sabor como por sus nutrientes. Su alto valor nutricional y su deliciosa carne, hacen que sea un marisco muy especial.
Las cañaíllas son un marisco saludable y con muy buenas propiedades nutricionales. Principalmente, se componen de proteínas de calidad, alrededor de 15 gramos de proteínas por cada 100, y apenas tiene 2 gramos de hidratos de carbono y grasas. Es un alimento ideal para comidas en dietas de pérdida de peso.
Además, son ricos en vitaminas (del grupo A, B y E) y minerales, como el potasio, el hierro o el calcio, que aportan numerosos beneficios a nuestro organismo.