La construcción de las Salinas de Janubio se inició en 1895 cuando D. Vicente Lleó Benlliure decidió aprovechar las magníficas condiciones naturales de la laguna canaria.
En sus orígenes era una bahía donde se localizaba el antiguo Puerto Real de Janubio, el más importante del sur de Lanzarote, que quedó cerrado y destruido por las coladas de la erupción de Timanfaya del siglo XVIII. Al cerrarse se creó un lago de más de 1 km de circunferencia y cuya profundidad oscila entre los 2 y 7 m.
Es su sobrino D. Jaime Lleó Mira, que en colaboración con la familia Cerdeña y D. Ginés Díaz, quienes continuaron hasta su definitiva conclusión a mediados de 1945, alcanzando un total de 450.000 metros cuadrados y una producción de más de diez mil toneladas, de las cuales hoy se produce una cantidad superior al 20%.
Desde entonces, Francisco Padrón Viñas, yerno de Jaime Lleó, continuó manteniendo y produciendo la Sal Marina de Janubio con los mismos métodos artesanales que en sus inicios. Actualmente, son su hijo y su nieto, Carlos Padrón, quienes siguen el relevo generacional, manteniendo los principios y valores transmitidos.
Actualmente, la empresa sigue con el compromiso de seguir liderando la producción y venta de Sal Marina en Canarias, teniendo como objetivo potenciar los múltiples y diversos valores de este espacio cultural. A través de políticas de creación de empleo, inversión y diversificación.
Las Salinas de Janubio, son las más grandes y relevantes de toda Canarias, dieron empleo a más de 100 personas y están consideradas como uno de los ingenios salineros más importantes a nivel mundial.