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Patatas fritas Bonilla 275 gramos

18,50 

Cuando Salvador Bonilla dejó la Marina, de la cual era cabo, decidió montar una churrería. Había crecido viendo a su padre ir por las ferias vendiendo churros. Incluso dos hermanos ya tenían dos negocios de churros en la ciudad de Ferrol (Galicia), churrería Bonilla y churrería Bonilla el pequeño. Decidió llamarla BONILLA A LA VISTA, que era lo que contestaba cuando se aproximaba al barco de guerra, en un bote alquilado, y le decían,” Alto quién va?”, “cabo Bonilla a la vista”, contestaba él.

Todo fue evolucionando hasta que sacaron al mercado estas fabulosas patatas que no pueden faltar en tu vermút.

Tamaño mediano

Seleccionadas ya las mejores patatas en origen,se transportan y almacenan en su fábrica de Sabón (Arteixo) en las mejores condiciones.

Una vez fritas, se encargan de seleccionar solo aquellas patatas fritas que respondan a la calidad, color, textura y tamaño que consideran óptimo.

Cuentan además con un doble proceso de selección: primero mecánico, mediante su “ojo mágico”, que descarta aquellas patatas fritas que no cumplen con sus altos estándares de calidad. Y después, manual, porque nada podrá sustituir la pericia y saber hacer de su equipo de fábrica.

Finalmente, sus máquinas de envasado se encargan de embolsarlas o enlatarlas, inyectando gas inerte en la lata para garantizar la mejor conservación del producto.

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