Seleccionadas ya las mejores patatas en origen,se transportan y almacenan en su fábrica de Sabón (Arteixo) en las mejores condiciones.
Una vez fritas, se encargan de seleccionar solo aquellas patatas fritas que respondan a la calidad, color, textura y tamaño que consideran óptimo.
Cuentan además con un doble proceso de selección: primero mecánico, mediante su “ojo mágico”, que descarta aquellas patatas fritas que no cumplen con sus altos estándares de calidad. Y después, manual, porque nada podrá sustituir la pericia y saber hacer de su equipo de fábrica.
Finalmente, sus máquinas de envasado se encargan de embolsarlas o enlatarlas, inyectando gas inerte en la lata para garantizar la mejor conservación del producto.